Dice la canción “pollito con papas” y no es para menos, cuando vemos que este delicioso plato peruano ha traspasado fronteras demostrando porqué nuestra sazón es la preferida para muchos. Este domingo celebramos su día, así que aprovechemos para salir a comer un rico pollito y amigo emprendedor, que sea el momento para aplicar tus estrategias de marketing y sorprender a tus clientes.
Con motivo de esta fecha compartimos un artículo de Terra sobre su historia:
Foto: Terra Perú
Hasta hace poco más de seis décadas resultaba impensable cocinar el pollo de manera diferente a la convencional. Fue Roger Schuler, el pionero del turismo en el Perú, quien encargó a un experto Suizo que ideara un mecanismo que permitiera la cocción de varios pollos a la vez, algo que de no haber sucedido seguramente, nos hubiera privado de uno de los potajes más deliciosos.
El resultado no pudo ser otro que el nacimiento de un novedoso horno provisto de un sistema de engranajes, varillas (spiedo), y ejes movidos por un motor, que al girar acercan a los pollos al calor de las brasas, cocinándolos de manera pareja.
Han transcurrido exactamente 64 años y aunque el creador de la máquina de pollo a la brasa, Franz Ulrich, ya no está con nosotros, dejó constancia lo que él me relató hace siete años: "recuerdo como si fuera ayer el encargo recibido por "el flaco" Roger Schuler: "Piensa una manera de cocinar rápido un montón de pollos a la vez y así hice el mecanismo que ahora es el alma del famoso horno para la elaboración del pollo a la brasa", me dijo.
Llegué hasta Franz Ulrich por Jimmy Schuler, hijo de Don Roger y que hace diez años convirtió su casa en el restaurante "El Pillo", en Santa Clara, como homenaje al legado familiar.
Foto: Miguel Bustamante / Terra Perú
De acuerdo a Franz, fue una tía de Roger Schuler, la que lo hizo ingresar al por entonces, "novísimo" negocio de la crianza de pollos. Sin embargo, como las cosas no resultaron bien para los socios él se quedo con más de mil pollos en la que era su "Granja Azul", en Santa Clara. Es ahí que, debido a los problemas surgidos y no saber qué hacer con tantos pollos, es que decide poner un restaurante en el comedor de su casa. Por eso es que le pidió a Franz Ulrich que ideara una forma de cocinar de una vez y de manera pareja, la mayor cantidad de pollos posible.
Según el propio Franz, fueron muchas las ideas que le vinieron a la cabeza, pero la experiencia de haber laborado en empresas como Schindler y Otis, así como la contagiante capacidad creativa de Roger le hicieron pensar en un mecanismo de giros como el sistema planetario que da vueltas en torno al sol y sobre su mismo eje.
"Tras varios intentos y luego de superar los problemas que se presentaban con los engranajes, así como la dificultad de retirar los fierros (inicialmente atornillados) logre hacer un gancho en forma de caracol, para que las varillas puedan girar y que además puedan retirarse cuando fuese necesario. Había nacido la máquina para hacer pollos a la brasa" agrega.
El envidiable entusiasmo y la buena memoria de este inventor que pude entrevistar me permitió conocer que aquel horno le significó mil soles de aquella época y que el único pedido de su amigo Schuler fue que no le hiciera una maquina como esa a otra persona durante cinco años.
Transcurrido ese tiempo e instalado en su taller de la calle Hernando de Luque en el Porvenir y ante la creciente demanda de quienes veían en los pollos a la brasa una excelente oportunidad de negocio, los pedidos fueron sucediéndose. "El siguiente horno que hizo fue para un restaurante en la avenida Larco, en Miraflores, del cual no recordaba el nombre, luego a Bruno Kuoni para el restaurante SOS, en La Herradura, y posteriormente en 1957 le hizo una maquina a Isidoro Steinmann , quien junto a Franz Schurch y Martín Peter fundaron "El Rancho Dorado".
Muchos querían tener su propio horno, pero aquello no era fácil, pues el pollo a la brasa requería además de una formula. Por ese entonces, nos confió Franz Ulrich, que llegó a él el Sr. Guibo fundador en La Victoria del restaurante El Pollón hace 55 años y posteriormente Carlos Meza, que por ese entonces estaba abriendo el restaurant "La Caravana", en Pueblo Libre, en 1966.
En adelante, algunos trabajadores de Franz Ulrich, pondrían en práctica los secretos adquiridos de su maestro e incursionarían por cuenta propia en la producción de estos hornos. Es el caso del entonces jefe de su taller Heriberto Ruiz, que ahora tiene una fábrica de hornos llamada H. Ruiz Hnos. el cual provee de hornos al 90% de restaurantes de pollo a la brasa y que incluso exporta sus hornos a diversos lugares del planeta. Además ha inventado un horno ecológico a carbón que no hace humo y que además permite cocinar los pollos en menos tiempo y con un considerable ahorro de carbón.
Gracias a la capacidad inventiva de este Suizo de corazón peruano, que se encontró con otro compatriota que también hizo de nuestro país su casa y a los que ahora le debemos (y les deben muchos) poder disfrutar del inconfundible sabor del peruanísimo pollo a la brasa, que ahora, es preparado en diversos países del mundo, aunque nada se compara al sabor obtenido, gracias a ingredientes netamente peruanos.
Por Pedro González Toledo - Fuente: Terra
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